En la placidez de mi cama aún perdura tu fragancia,
altar de pasión, de amor, de entrega, de lujuria y de deseo.
Te evoco volátil, girando en el carrusel de pasiones
en que hemos convertido nuestros dulces encuentros.
Cada noche en luna llena, acudo a tus perfumes como lobo extasiado
añorando la morena piel de tus rotundos pechos,
que tiemblan deseosos al tacto de mis manos y de mi aliento.
Y cuando, por fin, derribo la muralla de tus labios,
con mis besos, siento en mis dedos el torrente fresco
de tus jugos de los ríos de tu intimidad que
empapa mis sentidos y turba mi intelecto.
El mundo se agita; la noche resplandece
y tú como luna brillas en el firmamento
para que tu lobo aúlle por tu entrega,
tus caricias, tus besos, tu pasión.
Hoy soy tuyo.
Eres mía.
Soy tu hombre.
Eres mi mujer.
No comments:
Post a Comment