EL RAPTO
Adaptada por Armando García
Al abrirse el telón la escena muestra varias gentes realizando sus actividades de fin de semana. Y en un abrir y cerrar de ojos al sonido de una trompeta desaparecen de la vista de todos. Se proyectan sobre una pantalla las consecuencias de lo que ocurre, desastres de aviones, carros, Se escucha sirenas de alarmas y después, silencio. Se ilumina lentamente la escena.
Susana entra corriendo, una mujer tipo rebelde, con ropa camuflajeada, con un bate de béisbol y un costal de manta. Mira hacia su alrededor y no encuentra a nadie. Está asustada, cansada, exhausta, se cae, camina a gatas. Llega al centro del escenario y siente frío, se estremece, saca una cobija de su costal y se acomoda para dormir.
Rosa entra a escena, una mujer economista vestida con traje sastre, desarreglada, con polvo encima del saco y zapatos sucios de tacón corto. Ve a Susana, se quita los zapatos para caminar mejor y se acerca a ella.
ROSA: ¿Estás despierta? [Susana se despierta asustada y se levanta rápidamente agarrando su bate].
SUSANA: ¡No me toques, aléjate! ¡Si te acercas te rompo los sesos!
ROSA: No me hagas daño. Solamente trataba de ver si estabas bien, ya que encuentro estoy sola, muy despistada, sin brújula, las calles están vacías.
SUSANA: No me pongas esa cara de niña buena e indefensa. Tú debes saber qué ha pasado en la ciudad. Me parece que tú eres de las culpables de lo ocurrido. ¿Donde están tus cómplices?
ROSA: ¿Cómplices? No tengo ninguno. [Susana la amenaza con el bate] ¡No me hagas daño! [Susana levanta el bate] ¡No me pegues!
SUSANA: [Se detiene] Entonces vienes a robarme mis cosas.
ROSA: No, por supuesto que no. Sólo me acerqué para ver si estabas viva, ya que todas las personas que he visto han muerto en accidentes de autos, de camiones, a lo lejos se ve humo de aeronaves que se han caído o las han derribado. ¿Habrá estallado la tercera guerra mundial? Ya que miré casas vacías, carros estrellados sin ocupantes y autobuses volteados sin pasajeros.
SUSANA: Ya casi me estás convenciendo, pero no del todo. Para sentirme más segura, mejor te rompo la cabeza. [Alza nuevamente el bate y se va sobre Rosa, quien logra esquivar el golpe]
ROSA: ¡Te estoy diciendo la verdad! ¡Déjame explicarte!
SUSANA: Esta bien, solamente te daré un minuto. Si no me convences te quiebro la cabeza como un melón.
ROSA: Bien, seré lo mas breve posible. Soy la contadora de un banco en el centro. El viernes por la tarde, mientras estaba en la bóveda ajustando las cuentas de fin de semana, sentí que la tierra se cimbró y la puerta se cerró dejándome encerrada. Y no salí hasta hoy lunes cuando la bóveda se abre automáticamente en los días hábiles. Al salir no había nadie en el banco, las cajeras no habían llegado. La electricidad provenía del poder de un generador externo. Me asomé a la calle y nadie. Los teléfonos desconectados. Un panorama desolador y escalofriante. Esperé y ni un cliente llegó. Me puse nerviosa y después de unas horas decidí ir a buscar ayuda. Trataba de hablar con poca la gente que alcanzaba a ver y ésta se echaba a correr. Caminé bastantes cuadras, fui a mi casa y esposo estaba. Caminé por varias cuadras, desorientada sin hallar la razón de lo que estaba viendo hasta que te vi acostada en el suelo.
SUSANA: [Baja su bate y recapacita] Si realmente estás diciendo la verdad. La única lógica es que cayó una bomba nuclear y somos los únicos sobrevivientes.
ROSA: Pero no hay rastros que haya sido una bomba atómica.
SUSANA: O de neutrones o de lo que haya sido.
ROSA: Los edificios están intactos y muy poca gente asustada. Quizá fueron los extraterrestres y se suscitó un encuentro del tercer tipo. Es decir que seres superiores a nosotros secuestraron a los que ya no vemos. [Pensativo] ¿Y tú que recuerdas?
SUSANA: Yo caminaba por las calles y escuché una trompeta, que pensé que era una alarma general y de repente la tierra tembló. Luego en un abrir y cerrar de ojos, la gente que estaba frente a mi desapareció. Sentí que una fuerza tremenda me sacudió. Perdí el conocimiento, me levanté y corrí temerosa y, sin explicarme cómo, llegué a un cementerio y vi muchas tumbas abiertas. Me asusté, temí por mi vida corrí por todos lados y ya cansada, casi gateando, sin fuerzas, llegué hasta este lugar y rendida me quedé dormida. ¿Y tú?
ROSA: Bueno, como te dije, cuando llegué a mi casa, mi esposo y vecinos habían desaparecido.
SUSANA: ¿Desaparecido? Creo que la respuesta de lo que ocurrió no está en esta tierra.
ROSA: Claro, ya te lo dije que fueron los marcianos, o los venusinos o los de Alfa Centauri, la galaxia más cercana a nuestro sistema solar.
SUSANA: No, creo que tengamos que ir a investigar a otro lugar.
ROSA: ¿A dónde?
SUSANA: Me siento estúpida. Debí prestar más atención.
ROSA: ¿A quién, a qué?
SUSANA: ¿Al Pastor Samuel?
ROSA: ¿Al de la Iglesia de Calvario?
SUSANA: Sí. ¿Lo conoces?
ROSA: Claro. Mi esposo es o no sé, quizá era, un asiduo creyente de Dios e iba a esa iglesia. Yo como agnóstica, solamente lo acompañaba. Aunque admito que tenía un poder de convencimiento. Pero como no iba todo el tiempo, no logró cambiar mi mente. Pero sí la de mi esposo.
SUSANA: Bueno yo, como me puedes ver, soy una rebelde, una atea, pero un día en un parque escuché al Pastor Samuel hablar de que la humanidad estaba viviendo sus últimos tiempos y que pronto iba a ocurrir algo como lo que estamos viviendo. Por supuesto que no le creí. Pero ahora, al ver todo lo que ha ocurrido. Pienso que él sería la persona adecuada para que nos saque de dudas.
ROSA: Claro. Vamos a buscarlo para que nos saque de dudas. [Se alistan y caminan hacia la capilla. El trayecto puede hacerse mímicamente o caminar alrededor del escenario. Se puede tener actores en el piso, cubiertos con tela y al paso de las dos mujeres, cobran vida con expresiones mostrando el panorama que está la ciudad y su entorno. Llegan a la iglesia. Los dos en forma mímica se asoman por la ventana, no ven a nadie. Se acercan a la puerta, está abierta y entran].
ROSA: No veo a nadie. [Empieza a buscar y a llamar por su nombre a quienes recuerda] ¡Pastor Samuel, ¡Hay alguien aquí!
SUSANA: Nadie. Ni un alma.
ROSA: Como si se los hubiera llevado el viento. Ningún rastro.
SUSANA: [Levanta una Biblia que está en el suelo] Como si se hubieran ido sin avisar. Dejaron su Biblia, [La hojea] si hubieran salido a algún retiro o día de campo, se las hubieran llevado. Quizá esta Biblia nos de alguna pista de lo que pasó.
ROSA: A ver deja ver, [La toma y empieza a leer]quizá alguna nota o algún versículo nos diga algo. Aquí está uno marcado con tinta roja.
SUSANA: Pero qué nos puede decir un libro mudo, si solo está hecho de tinta y papel.
ROSA: ¡Oh No! ¡Ocurrió! Pero ¿cómo?
SUSANA: ¿De qué estás hablando?
ROSA: Del rapto de la iglesia
SUSANA: ¿Cuál rapto? ¿De cuál iglesia? Si la iglesia está aquí.
ROSA: Si, pero la iglesia no es el edificio, sino los creyentes en Cristo, los que lo aceptaron como su Salvador y fueron justos en su vida. Recuerdo muy bien cuando mi esposo me platicó del rapto, me dijo que la Biblia lo describía como un misterio y que no muchos lo creían. Incluyéndome a mí. Mira léelo en este libro de Primera de Corintios capítulo15; versículos 51 y 52.
SUSANA: ¿Quieres que lea la Biblia? ¿Estás loca? ¿Hablas en serio? [Rosa la mira directamente para que lo haga. Toma molesta la Biblia y lee los versículos] He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles y nosotros seremos transformados.
ROSA: Eso explica lo de la trompeta, las personas que fallecieron en los accidentes cuyos cuerpos están atrapados y no se transformaron es decir no desaparecieron y, la gente que hemos visto caminando espantada sin rumbo fijo, son los que se quedaron. Como tu y yo. Mi esposo me dijo que el rapto podría ocurrir en cualquier momento. Y después los que se quedaran vivirán siete años de tormento en la tierra.
SUSANA: Estás zafada. ¿Quiénes son esos?
ROSA: Los no creyentes, de los ateos, agnósticos, como tu y yo. Los creyentes en Jesucristo ya se fueron de este mundo.
SUSANA: ¿A dónde? No recuerdo que el Pastor haya dicho eso.
ROSA: Al cielo, A vivir con Jesús. Mira aquí hay una nota de otra sección de la Biblia, me manda a Primera de Tesalonicenses 4 versículos 16 y 17. Escucha: El Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, descenderá del cielo. Entonces, los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
SUSANA: Todo esto me suena a pura fantasía. Si así fuera, tú venías a esta iglesia, ¿por qué no te fuiste con ellos?
ROSA: Por no haberle hecho caso a mí esposo. Al Pastor Samuel. A Jesucristo mismo.
SUSANA: Creo que no debemos ponernos muy religiosos en este momento.
ROSA: Ahora me doy cuenta que hice a un lado a Jesús. No lo acepté como mi Salvador y Rey de mi vida.
SUSANA: Y si lo hubieras hecho, ¿qué hubiera pasado?
ROSA: No estuviera aquí. Estaría con Jesús y mi esposo en el cielo. Mira, no sé ni como te llamas.
SUSANA: Mi nombre es Susana.
ROSA: El mío Rosa. Toda mi vida me dediqué a mi carrera, al reventón. Mi relación con Dios fue nula. Y ahora estoy pagando esa falta. Tu también.
SUSANA: Mira Rosa, casi me convences. Una parte del mundo se desvaneció. ¿Y ahora que vamos a hacer? Hablas de que Jesús es el culpable de que estemos aquí, ¿cómo nos podemos comunicar con él para que venga por nosotros?
ROSA: Creo que orando y que él venga a salvarnos.
SUSANA: Me estás diciendo que debo hincarme para orar y pedirle a Jesús que venga. Olvídalo [Intenta salir y Rosa la detiene].
ROSA: Lo que te estoy diciendo es que le imploremos y le pidamos una segunda oportunidad.
ROSA: Mira, [lee la Biblia] el libro de Hechos dice que Jesús desde el cielo mandará prodigios y la persona que invoque su nombre será salvo.
SUSANA: Sigues viendo esa Biblia. De que nos sirve a nosotros. Si los que la leían y seguían, ya no están. De nada sirve que la leas. Estamos estancadas en este mundo.
ROSA: Si te has dado cuenta, la Biblia es la que nos ha revelado lo qué ocurrió. No son simples palabras en tinta, sino son Palabras Vivas. De seguro esta Biblia nos guiará ahora de lo que debemos hacer para que Jesús nos rescate.
SUSANA: ¿Y crees que vendrá? [Rosa mueve la cabeza afirmativamente] Pues que venga pronto.
ROSA: Pero no creo que sea tan fácil. Según su Palabra los que se quedaron después del rapto, como nosotros, viviremos siete años de tribulaciones y, para poder comer y vivir en este mundo debemos dejar que nos marquen nuestra frente o nuestro brazo.
SUSANA: ¿Marcar? ¿Por quién?
ROSA: Por quien a partir de ahora controlará el mundo. [Se arrodilla, cabizbaja, cierra sus ojos, empieza a alzar sus brazos y su rostro]
SUSANA: [La interrumpe] ¿Y si no nos dejamos marcar?
ROSA: [Para su oración] Pues huir, buscando que comer, donde vivir y si no pues… [Con el dedo índice hace un gesto de decapitación. Susana lo imita y cae hincada].
ROSA: [Se para detrás de ella y cita Juan 14: 13-14]. Susana, hay que orar, ya que la Biblia dice: Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pedís en mi nombre, yo lo haré.
SUSANA: ¡Dios ayúdanos!
ROSA: Susana, oremos juntas. Repite después de mí. Padre Jesús. Me arrepiento de lo que he sido y por haberte negado. En tu nombre te pido que me rescates. Y te acepto como mi salvador en estos momentos de tribulación. Guíanos en estos tiempos que nos toca vivir.
SUSANA: Si padre, pase lo que pase, somos tus hijas ahora y queremos vivir contigo por los siglos de los siglos.
SUSANA Y ROSA: Amen. [Ambos se levantan, toman cada quien una Biblia, se abrazan, se asoman para ver quien viene, respiran y salen de la iglesia. Al salir se encuentran a Rodolfo, otro de la iglesia que se quedó].
RODOLFO: Ah que bueno que encuentro a alguien. Toda mi familia ha desaparecido. Fui a la policía y no saben que pasó en la ciudad. Han recibido miles de llamadas. Aviones se han caído, trenes descarrilados, millones de desaparecidos. Yo venia de vez en cuando a esta iglesia, y pensé que aquí podría estarla respuesta.
SUSANA: Espera. [Regresa al interior de Calvary Chapel. Busca dos Biblias. Las recoge. Mientras tanto mímicamente Rosa le explica a Rodolfo lo ocurrido, el cae al piso llorando. Se dirige a Rosa]. ¿Ya le dijiste lo que pasó? Bien. Toma una Biblia, no la pierdas será tu mejor compañera en estos años de tribulación. [Rodolfo se levanta]
RODOLFO: Y ahora ¿qué hacemos?
ROSA: Mantenernos en oración, congregarnos con quienes se han quedado atrás, y aprender a sobrevivir hasta que Jesús venga por nosotros y vivamos con el por toda la eternidad. [Se escucha una alabanza alusiva al rapto. Los tres se abrazan y salen al mundo sin rumbo fijo. Las luces bajan lentamente hasta quedar completamente a oscuras].
TELÓN
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